Fuentes de energía
Cuando los objetos permiten transmitir la energía de un cuerpo a otro se dice que son fuentes de energía, como sucede, por ejemplo, con la gasolina o las pilas alcalinas. En tanto, a los objetos que reciben energía se les llama receptores de energía, como sucede con la piedra que es lanzada hacia un río.
Existen diferentes formas de clasificar las fuentes de energía. Pueden ser, considerando su naturaleza, fuentes naturales y artificiales; convencionales y no convencionales o renovables y no renovables, cuando se refieren a su duración.
Fuentes de energía convencionales
Existen fuentes de energía como el agua y los diversos combustibles que han sido utilizadas desde épocas muy remotas por los seres humanos. Estas fuentes se conocen como convencionales y la mayoría de ellas son agotables o no renovables, aunque unas afectan más fácilmente que otras dependiendo de su utilización.
Así por ejemplo, en los tiempos prehistóricos, el ser humano utilizó el fuego para protegerse y alimentarse. Primero produjo fuego frotando piedras, pero luego utilizó madera dando inicio a si a la tala de árboles.
Fuentes de energía no convencionales o alternativas
Al comprender que las fuentes convencionales son agotables, el ser humano buscó otras fuentes que pudieran ser inagotables o renovables. El Sol, las mareas, el viento y la energía que emana desde el interior de la Tierra son algunas fuentes no convencionales, que tienen además, la ventaja de no contaminar el ambiente.
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